Astenia estacional, un síndrome que dura 15 días
Con el otoño descienden las temperaturas y disminuyen las horas de luz. Cambios que, de no adaptarnos correctamente, pueden llegar a ocasionarnos ciertas alteraciones en el biorritmo y en el estado anímico, dando lugar a lo que se conoce como astenia estacional. Para combatirla, hay que reforzar la dieta con estos alimentos.
Según Vicente Gil, Director Médico de Cigna, “dado que este año las condiciones climatológicas de la estación estival se han alargado algo más de lo normal, el riesgo de padecer este síndrome es más alto debido a la reciente bajada de temperaturas y al cambio de hora”.
Este padecimiento está relacionado, según nos explica, con la respuesta del cerebro a la reducción de exposición a la luz natural, que provoca cambios hormonales en la segregación de serotonina y la melatonina, responsables del control biológico y de las emociones. Cansancio, apatía, dificultad de concentración, o, incluso, problemas digestivos y cefaleas son algunos de los síntomas que podremos sufrir en los próximos días. Sobre todo en el caso de los niños y mayores de 50 años.
Reforzar la dieta con determinados alimentos
“Evitar la deficiencia nutricional es lo más importante”, indica el doctor Gil. La dieta debe ser rica en vitaminas, proteínas y fibra para que el funcionamiento del sistema nervioso sea el correcto y se estimule la producción de neurotransmisores, encargados de regular las emociones. Además, “el aporte energético ha de ser mayor en esta época del año, ya que con el frío gastamos más calorías”, advierte.
Aprovecharse de los alimentos propios de esta estación. Suponen un ahorro para el bolsillo y tienen las sustancias nutritivas necesarias para esta época del año, aportando las vitaminas y minerales necesarios para combatir el frío y activar las defensas.
Verduras
Entre las verduras destacan la alcachofa y la berenjena, que desintoxican el organismo y ayudan a digerir las grasas; las colíferas, ricas en vitamina C y ácido cítrico; la calabaza y el calabacín, con acción antioxidante; o las setas que tienen una mayor dosis de vitaminas y minerales, recomendada en este caso por su alto porcentaje de fibra.
Citricos
Respecto a las frutas, lo mejor son los cítricos, de alto contenido en vitamina C, ayudando así a prevenir resfriados, y la granada, fruta estacional con acción desinfectante y que además contiene el ácido cítrico que estimula la acción de la vitamina C. También son buena opción el membrillo, la chirimoya y la uva, frutas energéticas para combatir las bajas temperaturas.
Alimentos ricos en triptófano
Ingerir alimentos estimulantes y antidepresivos. Por su riqueza en triptófano, sustancia que afecta directamente a la producción de serotonina y, en consecuencia, al estado anímico, los más recomendados son, sobre todo, el chocolate, el pavo, el pollo, la soja, el queso, la piña, el plátano o el pimiento.
Omega 3 y pescados azules
Consumir grasas saludables. Alimentos como el atún, la sardina, el salmón, las nueces o los aceites de linaza, chía, canola o soya poseen grasas saludables, como el Omega 3, que ayudan a afrontar el frío.
Potajes vegetarianos con espinacas y acelgas
Preparar platos calientes para combatir las bajas temperaturas, como potajes y cocidos vegetarianos y preparándolos con verduras ricas en betacaroteno y vitamina C. Este es el caso de las espinacas, las acelgas, la zanahoria o el zapallo.
Beber infusiones
Durante el otoño-invierno es imprescindible mantenerse hidratado para aliviar los síntomas de gripes. Por ello, es aconsejable ingerir varias infusiones calientes al día. Las más recomendadas: té verde (ayuda a protegernos de enfermedades), manzanilla, menta poleo (muy eficaz para despejar las vías respiratorias), tila (para descansar), infusión de canela (aporte para mantenernos activos) o romero (aporte de energía).
Ajo, jengibre y cebolla
Añadir condimentos saludables a nuestras comidas. El picante, el ajo, el jengibre y la cebolla son ideales para fortificar el sistema inmunológico y combatir el frío. El primero nos ayuda a entrar en calor y tiene un potente efecto analgésico. El ajo contiene alicina, sustancia con propiedades antibióticas y antioxidantes que refuerzan el sistema inmune. La cebolla, también con función antioxidante, ofrece mucha fibra y concentra vitaminas y nutrientes como potasio, fósforo, selenio, magnesio, calcio, carotenos, etc. El jengibre, por su parte, tiene efectos antiinflamatorios y expectorantes.
Ejercicio
No obstante, “la realización de ejercicio -clave por su capacidad de liberación de endorfinas-, establecer buenos hábitos de sueño y disfrutar de actividades que nos resulten placenteras” también pueden ayudar bastante a que la adaptación a los cambios de estación sean más llevaderos”, apunta Vicente Gil.
Por último, el doctor Gil asegura que “la astenia otoñal es un síndrome temporal que debería desaparecer al cabo de cinco o seis días” y no debe prolongarse más de 15 días.