Junk Food, la comida basura del mundo civilizado que nos convierte en obesos
En torno al 16% de los niños españoles padecen obesidad. El aumento del ocio sedentario y unos hábitos alimenticios en los que se abusa de grasas y azúcares parecen los culpables. Una parte de la industria alimentaria está en el ojo de mira, al crear a través de la publicidad un entorno alimentario que hace de la comida poco sana y de su promoción algo omnipresente en la vida moderna.
" Junk Food: Alimentos ricos en grasas y calorías pero pobres en minerales, vitaminas y otros nutrientes"
EJEMPLO DE MENU CALORICO Y RICO EN GRASAS DE UN FAST FOOD
- Hamburguesa (normal) : 270 kcal (32 % es grasa)
- Patatas fritas (porción pequeña) : 210 kcal (43 % es grasa)
- Bebida Cola (tamaño mediano): 260 kcal
- Helado-Crema: 360 kcal (29 % es grasa)
- Total : 1100 kcal con un alto porcentaje de grasas saturadas.
Hay un riesgo claro de que la dieta mediterránea desaparezca ante el predominio de la comida rápida y de determinados precocinados gestionados exclusivamente con criterios de rentabilidad.
En el informe del World Watch Fund, Gary Gardner y Brian Halweil analizan su incidencia. Se centran especialmente en Estados Unidos, donde los problemas de salud causados por la práctica de dietas incorrectas corren el riesgo de convertirse en epidemia.
Sin embargo, ningún país desarrollado es ajeno a esta realidad, dado que la política y pautas de actuación de este tipo de multinacionales presentes en todo el mundo, es algo que afecta a todos los países, incluido España.
En su informe "Nutrir adecuadamente a los desnutridos y a los sobrealimentados", Gary Gardner y Brian Halweil alertan del cambio de alimentación que está sufriendo el mundo desarrollado, cuya industria alimentaria marca pautas, moldea gustos y busca el retorno absoluto de sus inversiones. Escapar a la publicidad de estas multinacionales es posible, con información y educación nutricional.
De una dieta dominada por cereales y verduras, a alimentos ricos en grasas y azúcares
Estos son algunos extractos del informe del World Watch Fund de Gary Gardner y Brian Halweil
Un amplio porcentaje de la humanidad ha pasado de una dieta tradicional, dominada por los cereales y las verduras, a una donde los alimentos son ricos en grasas y azúcares. Esta transición nutricional no ha emergido espontaneamente. Los cambios sociales han creado un espacio relativamente abierto para las empresas de alimentación. (....)
Los nuevos estilos de vida fomentan más comida procesada, envasada y comida rápida. La industria de la alimentación ha asumido un papel poderoso en la cadena alimentaria, suministrando e influyendo en los deseos de los consumidores.
Para maximizar los beneficios, los vendedores de alimentos invierten intensamente en la creación de lo que se llama un entorno alimentario que hace de la comida poco sana y de su promoción algo omnipresente en la vida moderna.
La herramienta más poderosa es la publicidad. En Estados Unidos las empresas de alimentación se gastan más en publicidad que cualquier otro sector. Los alimentos son también la primera categoría a la hora de invertir en publicidad en Austria, Bélgica y Francia. En Estados Unidos, los restaurantes de comida rápida representan un tercio de los gastos en publicidad de los alimentos. Coca Cola y McDonald´s se encuentran entre las 10 empresas que más gastan en publicidad en el mundo.
Además, los publicistas enfocan hacia los niños (....)Una repetida exposición a los alimentos dulces y grasientos en la infancia produce un anhelo de esos productos poco sanos a lo largo de toda la vida.
Por desgracia, los alimentos que se publicitan tienden a tener un valor nutricional dudoso. En 1996, un estudio de Consumers International encontró que las golosinas, los cereales para el desayuno azucarados y los restaurantes de comida rápida representaban más del 50% de la publicidad sobre alimentos en Australia, Estados Unidos y diez estados de la Unión Europea.
En teoría, las empresas prodrían promover alimentos nutritivos como las manzanas y las zanahorias, en vez de patatas fritas y galletas. Pero hay dos factores que mueven a las empresas de alimentación a mantener la vista en los productos dulces y grasos. Saben que los consumidores siempre tendrán un interés particular hacia ellos, debido a nuestra predisposición a estos productos.
Los alimentos procesados son más susceptibles de tener valor añadido, - las alteraciones o el envasado permiten a una compañía obtener mayores beneficios. Los donuts, por ejemplo, producen un mayor beneficio que si se vendieran separadamente la harina, aceite, huevos, azúcar que contienen. Parte del beneficio se reinvierte en anunciar el producto lo que mantiene el ciclo de promoción y ventas en movimiento constante.
No todos los alimentos procesados son pobres desde el punto de vista nutritivo, por supuesto. Pero cuando el valor añadido es azúcar, sal, grasas o aceites, el resultado es usualmente un sabroso y económicamente interesante producto, pero nutricionalmente sospecho. (....)
A pesar de estas tendencias, la emergencia de una contratendencia ofrece la esperanza de una alimentación más sana. (....) Personas con ingresos elevados y una buena educación están comenzando a menospreciar la comida basura, mejorar los hábitos deportivos y abrazar los alimentos que contienen los nutrientes básicos a través de una dieta rica en cereales integrales, frutas y verduras.
A menudo, las clases acomodadas tienen hábitos más sanos a la hora de comer, mientras los menos favorecidos (...) tienden de manera creciente al sobrepeso.
