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La tinta de toro -la tempranillo local- la protagonista

Los vinos de Toro, la fuerza de un linaje

En los últimos 15 años, Toro ha retomado su histórico pasado, para entrar por la puerta grande del escenario vinícola.

Redacción, Sabormediterraneo.com

La tinta de toro -la tempranillo local- es la protagonista dando vida a una nueva generación de vinos sabrosos, aromáticos y persistentes.

Si hay una zona con tradición secular en la elaboración de vinos, ésa es Toro. El cultivo de la vid y la comercialización de vinos se funde con la propia historia de la zona, y en su haber cuenta con un privilegiado patrimonio de viñedos prefiloxéricos (pie franco), dado que fue una de las escasas regiones que escaparon de la plaga de la filoxera que arrasó los viñedos europeos al inicio del siglo XX.

Llegada de nuevas bodegas

Estos factores han influido para que en los últimos años, Toro se convierta en una de las zonas emergentes con más futuro y proyección. El "boom Toro" ha actuado de llamada, despertando un interés real que se ha traducido en inversiones y crecimiento.

El número de bodegas se ha triplicado y muchas de las recién llegadas son importantes grupos bodegueros de Rioja o Ribera del Duero, interesados en aprovechar las óptimas condiciones de esta zona para la elaboración de vinos de calidad. Es el caso de la familia Eguren de la Rioja conocidos por su Sierra Cantabria y San Vicente. En los años 80, comenzaron a invertir en viñedos de Toro. En 1998 fundaron la bodega convirtiendo a su Numanthia y Termanthia, en dos de los vinos más demandados de nuestro país. Dos vinos de altura que demuestran las grandes y sutiles posibilidades de esta zona. Otro de los grandes desembarcos foráneos habidos en Toro ha sido el de Vega Sicilia. Bodegas y Viñedos Pintia elaboró tres añadas antes de que el vino Pintia viera la luz en el mercado.

Actualmente, la denominación cuenta con un total de 5.600 hectáreas de viñedo, registradas en el Consejo Regulador, bañadas por el Duero y en manos de 1.200 viticultores. La variedad predominante es la variedad autóctona tinta de Toro -variante de la tempranillo- que marca el paisaje de la comarca, en especial en las laderas al sur del río.

Un microclima único

El Duero crea un microclima húmedo y frena los vientos, contribuyendo a la expansión de la tinta de Toro, y una topografía suave y ondulada, con alturas que no superan los 750 metros.

En este microclima ha surgido una nueva generación de vinos ricos en fruta, color, aromas a frutos rojos (grosellas y moras), grado y taninos. Poseen gran tipicidad propia de la variedad, así como un grado alcohólico alto (13 grados o más) y buenos índices de acidez.

Cuando son jóvenes presentan un color cereza oscuro con matices violáceos; en la nariz tienen buena intensidad, con notas que recuerdan las moras y los frutos negros en general; en boca son potentes, sabrosos, carnosos, con un punto de sobremaduración y una buena persistencia. Los criados en madera mantienen las notas de fruta madura conjuntadas con los aportes del roble y la carnosidad en boca.

Más que tintos

Una calidad que viene marcada también por las características de los suelos -pedregosos y textura arenosa, color pardo calizo y baja fertilidad- y por los terrenos cascajosos de aluvión, considerados los de mayor calidad. Además, el clima continental extremo, propio de la zona, alterna inviernos muy fríos y veranos secos y calurosos con una media de 2.600 horas de insolación al año, elevando así la concentración de azúcares en el fruto.

La segunda variedad de la denominación es la blanca malvasía

Pero en Toro no todo es tinto. La segunda variedad de la denominación es la blanca malvasía, que ocupa 507 hectáreas y produce vinos de color entre amarillo pálido y amarillo verdoso y una boca con un final ligeramente amargoso. Todo ello sin olvidar los rosados, elaborados con tinta de Toro y garnacha, mezclando ambas o como mono-varietales. De color rosáceo, presentan notas de frutos rojos maduros y en la boca son carnosos y afrutados.

Una calidad, a menudo con una imbatible relación calidad/precio, excelentemente captada por los mercados, que ha llevado a Toro a alcanzar su máximo histórico de producción (un 20% más) durante el pasado año, con un incremento de un 29% en sus ventas (la más alta en Castilla y León) y un 50% más de ventas en los mercados exteriores.

BODEGAS DE LA DO TORO