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La lactosa, presente en la leche, origen de la intolerancia

¿Qué lacteos tiene que consumir un adulto cuando es intolerante a la lactosa?

¿Qué es la lactosa y por qué hay personas que son intolerantes a este azúcar?, ¿qué factores influyen en la prevalencia de esta intolerancia?, ¿deben los intolerantes eliminar de su dieta los lácteos o pueden consumir queso y yogur? A estas y otras preguntas se contestan es este artículo.

María Val | SaborMediterraneo.com

Una parte de los españoles adultos es intolerante a la lactosa, un azúcar presente en la leche. No tiene nada de raro.

Los pueblos tradicionalmente ganaderos, alimentados generación tras generación con leche de vaca, presentan menos casos de intolerancia a la lactosa. El 98% de los europeos del norte de Europa y las poblaciones que proceden de ellos como muchos norteamericanos, la toleran perfectamente. Mientras que la intolerancia a la lactosa es frecuente entre los asiáticos, árabes (un 80%) y africanos (un 83%) y población del sur de Europa (un 30%).

Los españoles estamos a medio camino. Según los datos de Inlac, sólo un 15% de los españoles sería intolerante a la lactosa, aunque otras fuentes consideran que lo son algo más del 30%. Lo cual explica que muchas personas se puedan tomar un poco de leche con el café, pero se sientan mal si se toman un vaso de leche entero.

Las personas con intolerancia a la lactosa presentan síntomas intestinales tras la ingesta de productos que la contengan, siendo los más frecuentes : dolor abdominal, gases, retortijones, náuseas...

Ante estos síntomas, los especialistas recomiendan acudir a un médico para que éste realice las pruebas oportunas.

El método más utilizado para el diagnóstico es el Test de Hidrógeno Espirado, consiste en ingerir una cantidad fija de lactosa y se confirma la intolerancia si hay un aumento del hidrógeno medido en el aliento, lo que significa que la lactosa no ha sido digerida y ha llegado al intestino grueso donde las bacterias la descompondrán produciendo mucho hidrógeno.

El autodiagnóstico de la intolerancia en muchas ocasiones conlleva eliminar la ingesta de lácteos de la dieta de un modo innecesario, lo que puede producir falta de calcio, vitamina D - necesaria para la absorción del calcio, vitamina B2 y proteínas.

Con todo, existen diferentes grados de intolerancia, por lo que hay personas que tras consumir mínimas cantidades de leche presentan síntomas y otras, sin embargo, necesitan grandes cantidades para notar esos síntomas de intolerancia. Además no todos los productos contienen la misma cantidad de lactosa, por ejemplo, una misma persona puede tener síntomas al beber un vaso de leche pero no al consumir quesos curados o yogures, porque éstos últimos tienen menos lactosa.

Por ello, los intolerantes a la lactosa no deben renunciar a los beneficios de los lácteos y pueden obtener calcio y vitamina D de otros lácteos como los quesos que practicamente no contienen lactosa o los yogures que incorporan bacterias saludables capaces de digerir la lactasa o simplemente consumir leche sin lactosa.

La baja producción de lactasa es la causa de la intolerancia a la lactosa. Los recién nacidos y los niños pequeños no tienen este problema

La lactosa es un azúcar compuesto que está presente en la leche de todos los mamíferos: vaca, cabra, oveja, ser humano, etc. También suele encontrarse en muchos alimentos preparados (pan, bollería, sopas, purés, etc.) y en medicamentos. La lactosa está compuesta por dos azúcares simples: la glucosa y la galactosa.

Para digerir la lactosa es necesaria una enzima, llamada lactasa, que facilita la descomposición de la lactosa en azúcares más simples a nivel de intestino delgado y permite su absorción.

Cuando el organismo no produce suficiente lactasa o bien esta no realiza de forma adecuada su función de romper la lactosa, aparece la intolerancia a la lactosa. Más de un 30% de la población del sur de Europa padece de esta patología.

Los recién nacidos y los niños no tienen este problema. Su organismo produce esta enzima, que alcanza sus niveles máximos después del nacimiento, para poder alimentarse de la leche materna. Con el tiempo, esta enzima va declinando hasta llegar a un nivel mínimo fijo.

Los lácteos son muy importantes para los niños y los adolescentes porque su calcio está acompañado de vitamina D, que favorece su absorción por el organismo y es imprescindible para la construcción del esqueleto en edades de crecimiento.

Fuentes : InLac, interprofesional del sector lácteo | saludigestivo.es

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